La Corte Suprema de los Estados Unidos está considerando un caso que podría tener implicaciones significativas para las políticas de inmigración del país. El caso gira en torno a un ciudadano salvadoreño a quien se le negó la entrada a los EE.UU. debido a sus tatuajes.
El individuo cuyo nombre es Luis Acensio Cordero de 47 años de edad, el que ha sido separado por 10 años de su esposa Sandra Muñoz, luego de que el Departamento de Estado (DOS) se le negó la visa por supuestamente ser perteneciente a una pandilla lo que esto le obligó a permanecer en El Salvador.
Se le hizo una entrevista en la que se le pidió a Luis Cordero que se quitara la ropa para ver sus tatuajes, en los cuales en los tatuajes se podía ver: la Virgen de Guadalupe, máscaras de teatro, dados y naipes, que son para él recuerdos de su infancia y expresión de su fe católica.
El caso ha generado un intenso debate sobre los límites del poder de las autoridades de inmigración y la protección de los derechos individuales. Se espera que la decisión de la Corte Suprema tenga ramificaciones significativas para futuros casos de inmigración y el tratamiento de personas con tatuajes en los puntos de entrada a los EE.UU.
Por otro lado, los abogados del gobierno argumentan que los oficiales de inmigración tienen la autoridad para negar la entrada a personas que consideren representan una amenaza para la seguridad nacional, y que en este caso, los tatuajes del demandante levantaron sospechas legítimas sobre su posible afiliación a pandillas.
Se espera que el Supremo entregue una decisión a finales de este año. El resultado del caso podría tener importantes repercusiones para inmigrantes en situaciones similares a las de Acensio Cordero porque es extremadamente inusual ganar desafíos a las negativas del Gobierno a conceder visas.
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